Se prepara con diferentes materiales orgánicos, aporta nutrientes y mejora la estructura del suelo. Convierte los desperdicios del hogar en fertilizante y materia orgánica valiosa para los suelos.
Necesitaras: Residuos orgánicos, Tierra negra, 2 recimpientes, Serrín, Cernidor y una varita.
Primer paso: Se coloca en el fondo del recipiente una capa de serrín. Este impide la liberación de malos olores, la procreación de insectos y absorbe el exceso de humedad.
Segundo paso: (A) Se coloca una segunda capa con los desechos alimenticios, (B) si éstos están muy secos agregar un poco de agua para mantener la humedad. Las siguientes capas se intercalan siempre con una de serrín. Antes de depositar la siguiente capa de desechos alimenticios, es recomendable revolver y humedecer las anteriores y (C) siempre se rematará con una capa de serrín seco.
Tercer paso: Aunque no haya desechos alimenticios que agregar, debe airearse cada tercer día, para permitir la liberación de gases, producto de la descomposición y para proporcionar oxigeno al sistema. Se airea, vaciando el contenido al otro contenedor, revolviendo con la varilla y se rocía con poco agua, sólo para mantener la humedad. Si se presenta mal olor, agregar más serrín.
Cuando esté casi lleno, se termina con una última capa de serrín y se empieza a llenar otro recimpiente. Cada tres días, se destapa para revolver el contenido.
Cuarto paso: Los desechos alimenticios se convertirán en abono entre los 60 y 90 días, dependiendo de la naturaleza de los desperdicios. Esto serán, cuando el producto se observe café oscuro y desmenuzado. Se recomienda cernir a los dos meses. El producto resultante se puede usar en macetas o jardines o mezclándola con la tierra.